Años 30

La Plaza de Abastos de San Pedro fue construida en el año 1926, como se indica en su fachada principal. El edificio fue obra de uno de los más importantes arquitectos de la Región de Murcia de principios del siglo XX, José Antonio Rodríguez.

Al iniciarse el siglo XX, con las nuevas normas higiénicas, la corporación municipal se planteó la necesidad de construir una Plaza de Abastos, en el mismo lugar donde se realizaba el mercado al aire libre desde finales del siglo XIX, para la venta de carne y productos frescos.

Es un edificio exento con una superficie construida de 996 m2, de dos fachadas, principal y posterior, y una nave cubierta de teja sobre armadura de hierro y tejado a dos aguas. En la fachada principal se refleja la estructura del interior, organizada en tres calles, destacando la central con la puerta de acceso y el remate en la cornisa sobresaliendo del resto. Muchos de los elementos arquitectónicos y decorativos utilizados recuerdan a la Plaza de Abastos de Verónicas de Murcia, obra del arquitecto Pedro Cerdán, como la estructura exterior de los laterales, la disposición de organizar la fachada, el arco de medio punto en la puerta principal y los remates en forma de pináculos. Con estos ornamentos se buscó dar relevancia y protagonismo a un edifico público en plena la calle Mayor.

Alcantarilla fue uno de los lugares pioneros en la Región en la construcción de este tipo de mercado de abastos, coincidiendo con una época de desarrollo de la industria conservera en la localidad. En los años 20, también se realizaron importantes obras públicas e infraestructuras, como el abastecimiento del agua potable a la Villa y las obras de urbanización de la calle Mayor. En 1928, Alcantarilla formó parte del proyecto del Circuito Nacional Firmes Especiales, impulsado por el Ministerio de Obras Públicas, para la pavimentación adoquinada de la calle Mayor, bajo la dirección del ingeniero Diego Templado Martínez. Un año después desaparecería el tranvía.

El edificio de la Plaza de Abastos, uno de los más interesantes de una sola nave de la Región de Murcia, fue declarado Bien Catalogado por su relevancia cultural en 2018.