Años 50. Archivo Municipal de Alcantarilla. Colección Matías Ramón Sánchez

La primitiva construcción del siglo XVIII del Convento de San Francisco de Paula sufrió modificaciones en los siglos siguientes, con la Desamortización de Mendizábal y la Guerra Civil española. Finalmente, en 1949 sería adquirido por la familia Pacheco para destinar el Convento a la fabricación de palas de horno. Estos hechos provocaron la pérdida de una planta en altura, el arranque de las torres de la fachada de la iglesia y la espadaña de la ermita, que pasó a tener un solo cuerpo para albergar una campana.

También afectaría al interior del inmueble, del que se conservan la escalera de planta cuadrada cubierta con una cúpula de base poligonal, el claustro de tres plantas, con dos relojes solares en dos de los lados y a distinta altura, alguna puerta original con el lema de Charitas, inscripciones haciendo alusión a la vida del santo fundador de la Orden, San Francisco de Paula, ubicadas en la planta baja y algunas partes del pavimento. Estos restos recuerdan la presencia de los frailes Mínimos en este convento durante más de dos siglos.

En la ermita, cerrada actualmente, se rendía culto a las imágenes de San Francisco de Paula y de la Virgen de la Salud. En la Plaza del Convento, también llamada del Mercado, se celebraba el tradicional mercado semanal, que se originó con la venta de los productos hortícolas cultivados por los propios frailes en su huerto. La plaza fue también el escenario donde se celebraba la fiesta de la “Lumbrerá de San Francisco” y los actos religiosos en honor de la patrona de Alcantarilla hasta el año 1967, que fue trasladada a la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol.

Junto a la ermita, un arco daba acceso al Huerto de los Frailes, que tenía una extensión de 99.264 m2, ubicado en el Pago de la Cañada como el resto del Convento a las afueras de la villa de Alcantarilla.

Actualmente se conoce como Plaza de San Francisco o Plaza del Convento.